Aquí Maitreya Rael nos ayuda a sentir que nuestros cuerpos son templos, que todo lo que nos rodea es un templo. Todo está conectado y nosotros estamos conectados a todo. No necesitamos estar en ningún lugar en particular para sentir esta conexión. Al contemplar la inmensidad del océano, la belleza del cielo, la alegría de las nubes o la serenidad de las plantas verdes, podemos sumergirnos en un profundo sentido de espiritualidad. Estos templos naturales proporcionan una conexión más profunda que cualquier estructura hecha por el hombre.




















